9 Trataban de disuadirle diciéndole: «No podemos; salvemos nuestras
vidas de momento y volvamos luego con nuestros hermanos para combatir
contra ellos, que ahora estamos pocos.»
10 Judas replicó: «¡Eso nunca, obrar así y huir ante ellos! Si nuestra
hora ha llegado, muramos con valor por nuestros hermanos y no dejemos
tacha a nuestra gloria.»
11 Salió la tropa del campamento y se ordenó para irles al encuentro:
la caballería dividida en dos escuadrones, arqueros y honderos
en
avanzadilla, y los más aguerridos en primera línea;
12 Báquides ocupaba el ala derecha. La falange se acercó por los dos
lados y tocaron las trompetas. Los que estaban con Judas tocaron también
las suyas,
13 y la tierra se estremeció con el estruendo de los ejércitos. Se trabó
el combate y se mantuvo desde el amanecer hasta la caída de la tarde.
14 Vio Judas que Báquides y sus mejores tropas se encontraban en la
parte derecha; se unieron a él los más esforzados,
15 y derrotaron al ala derecha y la persiguieron hasta los montes de
Azara.
16 Pero el ala izquierda, al ver derrotada el ala derecha, se volvió
sobre los pasos de Judas y los suyos, por detrás.
17 La lucha se encarnizó y cayeron muchos de uno y otro bando.
18 Judas cayó y los demás huyeron.
19 Jonatán y Simón tomaron a su hermano Judas y le dieron sepultura
en el sepulcro de sus padres en Modín.
20 Todo Israel le lloró, hizo gran duelo por él y muchos días
estuvieron repitiendo esta lamentación:
21 «¡Cómo ha caído el héroe que salvaba a Israel!»
22 Las demás empresas de Judas, sus guerras, proezas que realizó,
ocasiones en que alcanzó gloria, fueron demasiado numerosas para ser
escritas.
23 Con la muerte de Judas asomaron los sin ley por todo el territorio
de Israel y levantaron cabeza todos los que obraban la iniquidad.
24 Hubo entonces un hambre extrema y el país se pasó a ellos.
25 Báquides escogió hombres impíos y los puso al frente del país.
26 Se dieron éstos a buscar con toda su suerte de pesquisas a los
amigos de Judas y los llevaban a Báquides, que les castigaba y escarnecía.
27 Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que
dejaron de aparecer profetas.
28 Entonces todos los amigos de Judas se reunieron y dijeron a
Jonatán:
29 «Desde la muerte de tu hermano Judas no tenemos un hombre
semejante a él que salga y vaya contra los enemigos, contra
Báquides y
contra los que odian a nuestra nación.
30 Por eso, te elegimos hoy a ti para que, ocupando el lugar de tu
hermano, seas nuestro jefe y guía en la lucha que sostenemos.»
31 En aquel momento Jonatán tomó el mando como sucesor de su
hermano Judas.
32 Al enterarse Báquides trataba de hacer morir a Jonatán.
33 Pero Jonatán lo supo y su hermano Simón y todos sus partidarios y
huyeron al desierto de Técoa, donde establecieron su campamento junto a
las aguas de la cisterna de Asfar.
34 (Báquides se enteró un día de sábado y pasó con todas las tropas al
lado de allá del Jordán.)
35 Jonatán envió a su hermano, jefe de la tropa, a pedir a sus amigos
los nabateos autorización para dejar con ellos su impedimenta, que
era
mucha.
36 Pero los hijos de Amrai, los de Medabá, hicieron una salida, se
apoderaron de Juan y de cuanto llevaba y se alejaron con su presa.
37 Después de esto, Jonatán y su hermano Simón, recibieron la
noticia de que los hijos de Amrai celebraban una espléndida boda y traían
de Nabatá, en medio de gran pompa, a la novia, hija de uno de los
principales de Canaán.
38 Recordaron entonces el sangriento fin de su hermano Juan y
subieron a ocultarse al abrigo de la montaña.
39 Al alzar los ojos, vieron que avanzaba en medio de confusa
algazara una numerosa caravana, y que a su encuentro venía el novio,
acompañado de sus amigos y hermanos, con tambores, música y gran
aparato.
40 Salieron entonces de su emboscada y cayeron sobre ellos para
matarlos. Muchos cayeron muertos y los demás huyeron a la montaña. Se
hicieron con todos sus despojos.
41 = La boda acabó en duelo y la música en lamentación. =
42 Una vez tomada venganza de la sangre de su hermano, se
volvieron a las orillas pantanosas del Jordán.
43 Al enterarse Báquides, vino el día de sábado con numerosa tropa a
las riberas del Jordán.
44 Jonatán dijo a su gente: «Levantémonos y luchemos por nuestras
vidas, que hoy no es como ayer y anteayer.
45 Delante de nosotros y detrás, la guerra; por un lado y por otro, las
aguas del Jordán, las marismas, las malezas: no hay lugar a donde retirarse.
46 Levantad, pues, ahora la voz al Cielo para salvaros de las manos
de vuestros enemigos.»
47 Entablado el combate, Jonatán tendió su mano para herir a
Báquides y éste le esquivó echándose atrás,
48 con lo que Jonatán y los suyos pudieron lanzarse al Jordán y ganar
a nado la orilla opuesta. Sus enemigos no atravesaron el
río en su
persecución.
49 Unos mil hombres del ejército de Báquides sucumbieron aquel día.
50 Vuelto a Jerusalén, hizo Báquides levantar ciudades fortificadas en
Judea: la fortaleza de Jericó, Emaús, Bet Jorón, Betel, Tamnatá, Faratón y
Tefón, con altas murallas, puertas y cerrojos
51 y puso en ellas guarniciones que hostilizaran a Israel.
52 Fortificó también la ciudad de Bet Sur, Gázara y la Ciudadela, y
puso en ellas tropas y depósitos de víveres.
53 Tomó como rehenes a los hijos de los principales de la región y
los dejó bajo guardia en la Ciudadela de Jerusalén.
54 El segundo mes del año 153, ordenó Alcimo demoler el muro del
atrio interior del Lugar Santo. Destruía con ello la obra de los
profetas.
Había comenzado la demolición,
55 cuando en aquel tiempo sufrió Alcimo un ataque y su obra quedó
parada. Se le obstruyó la boca y se le quedó paralizada, de suerte que no le
fue posible ya pronunciar palabra ni dar disposiciones en la tocante
a su
casa.